En muchos casos el clima, la situación de la vivienda o la falta de tiempo no nos permiten disponer de un césped natural en nuestro jardín. Para solucionar este problema podemos recurrir al césped artificial o sintético, un producto cuya variedad y calidad ha mejorado notablemente con los años. El césped artificial presenta muchas ventajas:
- Apto para cualquier clima. Se mantiene verde durante todo el año. No se ve afectado ni por las lluvias, ni por las heladas, ni por un intenso sol. Siempre tiene la misma apariencia.
- Económico y sostenible. Como no requiere riego, el ahorro en el consumo de agua es importante. Sólo la utilizaremos muy de vez en cuando para limpiarlo.
- Ecológico. En la mayoría de los casos es reciclable o reutilizable.
- Se puede poner en cualquier tipo de suelo, duro o blando, aunque en superficies naturales habrá que preparar el terreno para su instalación y colocar primero una maya antihierbas.
- Es fácil de limpiar y mantener, ya que no hace falta segar, abonar o regar. Todo esto conlleva un importante ahorro en la maquinaria y el tiempo necesarios para su mantenimiento.
- No necesita la luz del sol para crecer y mantenerse sano, convirtiéndose en la mejor solución para las zonas de sombra.
- Es antialérgico e innífugo, es decir, no prende.
- Se ahorra tiempo, mantener el césped natural en perfecto estado requiere siempre una dedicación bastante alta de nuestro tiempo, en cambio, el césped artificial no requiere demasiado de nuestro tiempo para estar perfecto.
- Jardín verde los 365 días del año.
- No aparecen plagas de insectos.
- La instalación y colocación es sencilla y rápida.
- Durabilidad mínima de 10 años.