Nuestros hijos pasan gran parte del día en el colegio, por eso es imprescindible que el entorno en el que se mueven esté en óptimas condiciones. Las clases, las mesas, lavabos, etc. son una fuente de enfermedades para los niños, puesto que son tocados por muchas manos. Una limpieza correcta de las aulas, comedor, baños, etc. asegura la retirada de gérmenes y bacterias, las cuales pueden causar enfermedades en los niños. El polvo debe ser retirado para evitar asma, tos… Todas las salas de la escuela deben ser limpiadas por un personal bien cualificado e informado sobre el control del polvo, gérmenes y bacterias, con el fin de que la escuela sea un entorno saludable y limpio para los niños.
Para empezar la limpieza de un colegio, debemos tener en cuenta qué productos tenemos que utilizar, y estos deben ser los productos menos cáusticos y peligrosos. El personal que se encargue de limpiar debe saber qué efectos secundarios son causados por algunos productos. Es recomendable usar materiales de limpieza basadas en microfibra.
Después debemos limpiar las superficies antes de desinfectar, procurando que no queden restos de jabón y limpiadores, ya que pueden interferir con los productos de desinfección.
Hay que limpiar todos los días las zonas comunes, prestando más atención al comedor, o las salas donde se manipulan las comidas.
Por último, tenemos que atrapar el polvo con un sistema de aspiración, poniendo atención en cada rincón de la sala, luego desinfectaremos las superficies adecuadamente aplicando un desinfectante, sobre todo en escritorios compartidos, baños, fuentes, y pomos de las puertas. Y para lo último, dejaremos la limpieza del suelo, para la cual utilizaremos una mopa. Retiraremos y limpiaremos las alfombras, y estaremos atentos de retirar los derrames de productos químicos orgánicos con productos especiales absorbentes.