La araña reclusa parda y la limpieza como medida de prevención

Estos días estamos recibiendo mucha información sobre un problema de salud que se está produciendo en algunas localidades de Sevilla (Dos Hermanas, principalmente)  relacionado con la presencia de la araña reclusa parda, también llamada ‘araña violinista‘.  Su nombre real es Loxosceles reclusa mediterránea, y es pariente de la originaria del continente americano: no ataca a humanos a menos que se sienta amenazada y su picadura no implica consecuencias más graves que un dolor agudo e irritación de la zona afectada, aunque se han reportado casos de necrosis y otras afecciones cutáneas relacionadas con la picadura de este arácnido en personas con determinados tipos de alergia.

¿Cómo identificar a la araña violinista?

Tiene patas largas y delgadas, y mide algo menos de dos centímetros. El macho es más pequeño que la hembra, quien suele ser la responsable de la mayor parte de las picaduras. Todo su cuerpo es de un color marrón pardo, salvo por una marca oscura en forma de violín sobre su cabeza (de ahí su particular denominación). Le molesta mucho la luz, por lo que habita en zonas oscuras, como trasteros, conductos de aire acondicionado, cajas de persianas, debajo de las macetas y tras los muebles, principalmente. Al carecer de mandíbulas, no se puede hablar de «mordedura», siendo más correcto hablar de «picadura».

¿Cuáles son los síntomas de su picadura?

Los síntomas pueden variar según diversos factores como el tamaño de la araña, la cantidad de veneno inoculado, así como la edad y el estado de salud de la víctima. Los casos más graves se han producido en niños y personas de avanzada edad. Su picadura es más o menos molesta; el dolor variará según el tamaño del ejemplar. Es después de algunas horas (entre 2 y 8) cuando comienzan a notarse los síntomas más visibles: en la zona en la que se ha producido la picadura comienza a aparecer una ampolla y la herida tornará a un color azul intenso y se apreciará un enrojecimiento alrededor. Los síntomas más graves son:

  • Fiebre
  • Naúseas
  • Dolor muscular
  • Convulsiones
  • Necrosis, sólo en algunos casos.

¿Cómo debo actuar en caso de sufrir una picadura de la reclusa parda?

Si hemos sufrido la picadura de este arácnido debemos aplicar hielo sobre la zona afectada para disminuir el dolor y la inflamación. No es recomendable aplicar calor ni tratar de extraer el veneno mediante útiles no quirúrgicos. Lavaremos la zona con agua fría y algún jabón neutro y acudiremos rápidamente al centro de salud más cercano, donde se nos podrá aplicar una vacuna antitetánica, antihistamínicos y antibióticos, así como ibuprofeno para aliviar el dolor, que puede ser intenso.

Mejor prevenir que curar

Si vives cerca de aquellas zonas en las que se ha reportado picaduras de la reclusa parda puedes tomar algunas medidas para evitar la presencia de este incómodo arácnido:

  • Usa guantes si tienes que trabajar en el jardín o en el trastero
  • Aplica un insecticida adecuado en aquellas zonas descritas en las que esta araña suele habitar
  • Evita que los niños jueguen en zonas en las que hay madera o piedra apilada
  • Realiza una limpieza general en casa, separando los muebles de la pared, ya que la araña violinista también puede hallarse detrás de un mueble, tras los electrodomésticos o en el ‘bombo’ de las persianas. En definitiva, es conveniente desinfectar todas aquellas zonas de nuestro hogar que habitualmente no tienen tránsito ni actividad.

Como siempre, en Gestliman estaremos encantados de ayudarte en cuanto necesites.

 

 

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